Síndrome miofascial
Hablamos de Síndrome Miofascial cuando nos referimos a aquél cuyo origen está en el músculo y en la fascia que lo contiene.
La principal característica de este síndrome es la presencia de un punto gatillo que al presionarlo produce dolor a nivel local y a nivel referido. Dicho dolor se reproduce siguiendo un patrón de irradiación que lo caracteriza. Este patrón es reconocido inmediatamente por el paciente como “el dolor que padece”
El síndrome de dolor miofascial puede presentarse de manera aguda o crónica. Puede ser en una parte localizada o afectar a una región corporal más amplia. Puede ser primario o secundario como consecuencia de otra patología previa.
Según Simons, es un “complejo de síntomas sensoriales, motores y autonómicos causados por puntos gatillo miofasciales, siendo estos puntos de una exquisita sensibilidad e hiperirritabilidad localizados en una banda tensa, palpable en músculos o su fascia, que producen una respuesta de contracción local de las fibras musculares por un tipo específico de palpación, y si es lo suficientemente hiperirritable, da lugar a dolor, sensibilidad y fenómenos autonómicos, así como la disfunción en zonas por lo general distantes de su sitio de origen”.
De todo esto podemos establecer que para hablar de síndrome miofascial debemos encontrar:
- Una banda palpable tensa en el músculo afecto
- Un punto gatillo que al presionarlo da un dolor intenso a nivel local
- Patrón de dolor referido
Hay 2 tipos de puntos gatillo
Activos
Son dolorosos a la palpación. Pueden dar dolor referido en estados de reposo, a la palpación o a la contracción muscular.
Latentes
Requieren de una presión exploratoria para desencadenar la respuesta.
Factores que desencadenan o perpetúan en el tiempo el síndrome de dolor miofascial
- Traumatismos, en forma de golpes, esguinces o microtraumatismos por sobreuso.
- Mecánicos, como por ejemplo la diferencia de longitud de las extremidades inferiores
- Degenerativos , como por ejemplo el envejecimiento o la artrosis.
- Compresión de una raíz nerviosa.
- Problemas endocrinos y/o metabólicos, como la diabetes, el hipotiroidismo, etc.
- Problemas del sueño.
- Estrés emocional o psicológico.
- Musculatura alterada de manera crónica por sedentarismo, tensiones posturales, etc.
El síndrome de dolor miofascial se debe de diferenciar de:
- Artrosis
- Problemas inflamatorios de tipo reumatológico.
- Transtornos de tipo neurológico.
- Problemas locales como bursitis, etc
- Problemas locales a nivel del disco pulposo vertebral.
- Dolor referido de origen visceral.
- Transtornos psicológicos.
- Fibromialgia.
Una vez detectado un SDM, hay que proceder a la desactivación de los puntos gatillo y a la vuelta a la normalidad de la banda tensa que lo alberga.
Una vez reestablecido lo anterior, es sumamente interesante establecer nuevos patrones de movimiento con la finalidad de que no vuelva a aparecer de nuevo dicho problema.
Desde Institut Dinàmic apostamos por las Técnicas Miofasciales y por la Integración para resolver el SDM.
Bibliografía:
- Dolor y disfunción miofascial. David G. Simins, Janet G. Travell, Lois S. Simons. Editorial Médica Panamericana.
- Sistema fascial. Tutusus, Potad. Editorial Médica Panamericana.
- Técnicas de liberación posicional. Chaitow. Editorial Elsavier.
- Osteopatía. Parsons. Editorial Elsevier.
- Cervicalgia miofascial. Loreto. Revista médica clínica.
Un saludo!!
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Tener una buena calidad de movimiento corporal, sin dolor, mejora indudablemente nuestra vida y para ello ponemos todo nuestro conocimiento y toda nuestra experiencia a tu disposición.
Institut Dinàmic